Maratón de… cosas muy raras

Bueno, pues ayer se proyectó por primera vez un cortometraje mío. Mentira, pero sí fue la primera vez que yo podía estar ahí para verlo y creerlo. Impacta ver tu nombre en pantalla grande. Mucho.

Vaya mi agradecimiento a los organizadores de la maratón por haber seleccionado el corto, si bien debo hacer in memoriam de la cantidad de cosas que no se han hecho bien y que han deslucido el momento.

Para empezar, hay que hablar de la forma en que se ha promocionado la maratón. No he hallado una puta nota de prensa escrita en ningún lado. Ojo, no digo que no la haya, digo que no la he visto a pesar de mis esfuerzos, con lo cual lo reseño como algo negativo.

En internet la cosa no ha sido más brillate. La web oficial de Cinesa no informa nada, y Málaga Nostrum no tiene site propio. La página con la info de la maratón tiene una ruta rocambolesca que además no sale como resultado en las búsquedas de Google.

De hecho, la primera página que sale en Google es la mía, ejem.

La web es horrible y lamentable. Y como el texto está dentro de una película Flash, Google no lo capta. Inteligencia al poder.

De amigos se vive por estos lares, y supe del maratón porque el actor de mi corto es amigo del organizador. Si no, me como los mocos, e intuyo que como yo unos cuantos.

Para entregar los cortos la cosa no fue más sencilla. O se entregaban en la taquilla de los cines (aclarao que el cine está a tomar por culo de cualquier sitio y que es un sitio infecto, más abajo os detallo) o en un buzón de la Facultad de Magisterio de la que nadie parecía saber nada sobre su existencia.

Al final hice lo que se suele hacer aquí: recurrir al amigacho. Y seguro que como yo unos cuantos (sí, es un bis).

Bueno, pues recibo mail de confirmación donde se me dice que empieza a las 18:30 y que habrá tres pases que duran una hora. ¿Qué significado tiene la palabra «pase» en el mundillo del cine? Pues que te ponen lo mismo en cada pase. Pues no. Al llegar al cine, no antes (digo yo que no era mucha molestia enviárseme el programa real por mail, por aquello de que soy participante y tal…) descubro que cada pase tiene distintos cortos, y que el mío es de los últimos. Tócate los cojones. Menos mal que la gente a la que avisé les recalqué que mejor fueran tardecito. Piensa mal y acertarás.

He de decir que espero no tener que volver nunca más a aquellos multicines. Era la primera vez que iba, y descubrí un mastodonte arquitectónico gris, frío, esteril, lo más deprimente que he visto en mi puta vida. No había un alma, la gente de las tiendas eran antipáticas con denominación de origen, a excepción de una rubita muy maja de la tienda de mascotas. Se ve que el contacto con la naturaleza saca lo mejor de uno. Excepto cuando ves un ornitorrinco: ahí te planteas si Dios toma drogas.

Volviendo al tema, el programa no tenía hora concreta de comienzo. En su lugar había un «hora de comienzo 18:30-19:00». Esto sólo para el primer pase. Toma organización, un poco más y ponen «empezaremos cuando se pueda». A esto lo llamo cubrirse las espaldas, por cojones aciertan. El muchacho del cine que nos explicó qué releches quería significar la leyenda no fue muy amable que digamos. Vaya, que me tocó las pelotas.

La gente empezó a hacer presencia. Es fascinante ver como la inmensa mayoría de gentecilla de este mundillo se viste y peina igual. También compran las mismas gafas. Parecían salidos de una fábrica. Espeluznante.

Y por fin empieza la proyección… donde los encargados se cubrieron de gloria. Entre uno y otro veíamos un gigantesco escritorio de Windows abriendo y cerrando VLC y el DVDPlayer de la gente de Nero. Esto en principio no es un mal mayor, pero cuando el corto era panorámico usaban una función de zoom para aprovechar la lona, y con cada zoom aparecia en medio de la imagen un cartelón que decía ZOOM.

Y el corto ya empezando, de risa. Sobretodo cuando se les iba la pinza y los necesarios subtítulos de algunos cortos quedaban por debajo y, por tanto, ilegibles.

Y mientras yo asistía ignorante al asunto, fuera, dos amigos míos se quedaban sin entrar porque no quedaban entradas… a pesar de que había como un 30% de butacas vacías… sin comentarios…

Por cierto, que las entradas parecían putas fotocopias diseñadas con bitmaps a -1 ppp. Para mear y no echar gota.

Y ahora viene la mejor parte de este post. Queréis que hable de los cortos, ¿eh? Cabrones advenedizos.

Voy a comentar sólo los que recuerdo, porque cuando un corto no es ni bueno ni malo, lo normal que ocurra es que tu mente lo olvide.

Nos partimos de risa con Condecorado. Animación con dos japoneses habladno en una supuesta versión original que en realidad era una retaila de nombres japoneses conocidos con algunos vocablos comunes y algún que otro guiño. Friki hasta decir basta. Me hubiera venido bien que lo repitieran una vez por cada pase para liberar tensiones.

Luego está «Todo este tiempo». Un coñazo con un tio gay echando en cara a su hermano que se perdiera del mapa cuando hubo que cuidar a la madre. El problema está (entre otras cosas) en que el actor que hace de hermano hetero tiene más pluma que el que hace de gay. De manera que la discusión de ambos te transmite una tensión sexual gay no resuelta. Como la de Frodo y Sam.

Proyectaron «No pasarán», un video-homenaje al 11M con actores famosos. Lo que no sé es a qué se refieren con «no pasarán». ¿Quieren decir que si nos invaden algún día, irán al frente a defender un puesto? ¿Pilar Bardem también?

«Memories, sorrow and sand», sobre una chica que se cargó a un amante por despecho y ahora malvive con el asunto, hasta que lo resuelve con el suicidio. Y es curioso, porque el 99% de los cortos de la maratón acababan con muertes o con suicidio. ¿Qué problema tenemos? Ah, el corto horrible, claro.

«El sexto sentido» ha hecho mucho daño, y desde hace un huevo de tiempo pululan un montón de cortos donde al final se descubre que uno de los protas estaba muerto desde el principio. Y aquí tenemos «Último caso» y «Eresse», ambos con Fabrice Ferra, dando prueba empírica de que si pones a un buen actor con un mal actor, afectará a la interpretación del bueno.

Otra cosa a destacar es la interminable lista de diálogos chorras e imposibles de los guiones, aderezados con actores que tienen de ello el puesto en los créditos. Y llegan al cénit con «Para Bellum» y «¿A quién te llevarías a una isla desierta?». En «Para Bellum» sale un soldado ayudando a otro herido, la conversación es digna de estudio, después, de lapidación pública del staff. El corto está ambientado en algún país islámico, pero de fondo se puede ver la casa de mi tía xD.

En cuanto a los de la isla desierta, fue muy curioso. Empieza el corto y vemos a tres tios y dos tías de fiestecita. Una de ellas es novia de un de ellos, que tiene perilla. Lo de la perilla es importante.

Al poco de comenzar nos meten un plano cerrao de uno de ellos con cara de mosqueao, y en ese mismo momento tuve el siguiente pensamiento que os traigo aquí:

«Este es gay en secreto, y se ha liado con el perillas, y como ahora el perillas ha dicho que se llevaría a la isla desierta a su novia, pos el gay va a cantarlo todo».

Coño, acerté.

No fue todo, porque una gilipollez de corto merece un final igualmente gilipollas. De manera que, a la duda de si el perillas se quedará con el gay con cara de pomelo o con la chavala de buen ver, toma la decesión fálica. El amor no es ciego, es imbécil.

Desués vino «Luna Llena». Vaya pedazo de mierda. Deseé la muerte.

«Casting 2006». Me gustó por la mala leche que tiene. Claro que tampoco es mucho mérito cuando lo que haces es copiar descaradamente a Saw. Encerrar a cuatro niñas y putearlas para que se vayan matando lo sabemos hacer cualquiera.

«Mata rile rile», una gracieta simplona con un final agradable que hace honor a su título. Lástima de corto, con la idea que tratan se podrían haber hecho cosas buenas.

«Colegas de barrio», una basura sin sentido protagonizada por un grupo de desechos sociales de la fauna kani malagueña. Alguien debería comercializar dianas con las jetas de los personajes. Todo un blockbuster para el hábitat de La Palmilla, Cruz Verde y similares.

El ingenioso y creyente Enrique García estuvo presente con tres trabajos. El irregular e insípido «Ada se va», con un final totalmente desaprovechado (debería haber puesto a Zafra a correr tras el tren, bwahahaha); el genial homenaje (que no parodia) a Hitchcook en «Chalao» y el brillante «El juego de Pedro» con una historia inquietante y unos actores interpretando de forma excelente.

Dejo para el final los cortos de Ezekiel Montes. No porque sea mi amigo, sino porque me es más fácil así. «A la sombra» fue el mejor corto junto con «El juego de Pedro». Una historia durísima impecablemente construida y con un reparto de la leche.

«Natasha», aceptable trabajo que queda herido muy pronto por culpa de la primera escena: fallo total del raccord de sonido, un ruso hablando español como si un cáncer traicionero se hubiera alojado en su escroto y una falta de compenetración total entre los dos actores.

«Tenemos que esperar» nos tranquiliza con los rusos hablando en su lengua materna, pero el guión es totalmente lineal: ¡culpable!

«Noche de venganza», uno de los más antiguos. Parece mejorar con el tiempo y la grandiosidad de la pantalla grande. Estupendo giro final y escena de tortura. Pero la mayoría de los dialogos, lo que es yo, no entendía. Culpa para los actores. Sí, Eze, me sé el porqué, pero como tú dices, eso en la sala oscura no es excusa.

«Cinco disparos». Curiosa versión ¿alternativa? de la primera secuencia de «A la sombra». Geniales los actores como no podía ser de otra manera, pero el hecho de que se proyecte después de «A la sombra» te deja la sensación de que no era necesario que nos lo pusieran.

Y me dejo para el final el peor, «Chicas en el interior del baño», que no tiene ni pies ni cabeza. ¿Por qué acierta a abrir el baño donde está el tío medio muerto? ¡Hay casi diez baños! Lo sé porque allí he cagado a diario durante cuatro años, son los de mi facultad. ¿Por qué el cuerpo cae hacia delante, si debería estar sentado en la taza? ¿Por qué las niñas hacen lo que hacen en lugar de salir corriendo pegando gritos como buenas féminas?

Y la gran pregunta: ¿Por qué entra a un baño de una discoteca hardcore una chica sudorosa vestida de futbolista y un balón de reglamento? ¿¡Pero qué es esto!? Ni Dalí en sus más turbulentas odiseas por el mar de los psicotrópicos.

Y acabo este post con el peor corto de todos: «Luna Llena»

El argumento: un tio está de pie en la playa fumándose un cigarro a la luz de la luna, a la pico de la noche, sin motivo aparente. Se le acerca una chavala y empiezan a hablar en plan poesía, pero hablando como robots en vez de como rapsodas decentes. El tío tiene una novia que está buenísima, pero se lia con la otra. Al final el tió rompe con la de la playa y se queda con su ex. Fin de la historia. Lo que no cuento son básicamente minutos y más minutos de diálogos forzados y mal interpretados. La gente se aburre de forma alarmante.

Y así acabo el maratón, no sin antes entregar los papelitos donde dejabas constancia de tu corto favorito. En vez de echarse en un buzón o algo, se deban en mano a un notas. Cero para la organización, insisto.

Y sí, leo Transmetropolitan.